- La velocidad del sonido y su importancia en la acústica industrial
-
Los parámetros físicos que determinan la velocidad del sonido
-
La experiencia del Groupe Boët en soluciones acústicas industriales
El sonido no es una entidad, sino una onda de presión
El sonido no es un objeto que “se mueve”, sino una vibración transmitida de una persona a otra. Podemos imaginarlo como una fila de personas compactas, en la que cada individuo transmite un impulso a su vecino. La perturbación se propaga, pero ninguna partícula se desplaza realmente a gran distancia. Es este mecanismo colectivo el que explica cómo viajan las ondas sonoras a través del aire, el agua o los sólidos.
Los parámetros físicos que determinan la velocidad del sonido
La velocidad del sonido depende de dos magnitudes físicas principales:
La rigidez del medio: cuanto más rígido es un material, más rápidamente transmite las perturbaciones.
Inercia de las partículas: cuanto más masivas son las partículas, más tardan en reaccionar.
Estos conceptos se traducen en parámetros medibles: el módulo de elasticidad (o módulo de compresibilidad para los fluidos), denominado K, y la densidad, denominada ρ.
La fórmula resultante es la siguiente
v = √(K/ρ)
donde v es la velocidad del sonido.
Algunos órdenes de magnitud en diferentes entornos
En el aire, la baja densidad de las partículas y la alta compresibilidad dan como resultado una velocidad de unos 343 m/s. En el agua, aunque las moléculas son más masivas, el medio es mucho menos compresible, lo que eleva la velocidad a 1.500 m/s. En el acero, la densidad es alta pero la rigidez es aún mayor, y la velocidad alcanza unos 5.000 m/s.
En cambio, en el vacío no hay partículas que transmitan la vibración, por lo que no hay sonido.
La velocidad del sonido en la vida cotidiana
La velocidad del sonido no es sólo un concepto teórico: todo el mundo la experimenta cuando observa una tormenta eléctrica. El rayo, que es una descarga luminosa, viaja a la velocidad de la luz (300.000 km/s), por lo que es casi instantáneo a nuestros ojos. El trueno, producido por la onda de choque en el aire, tarda más en llegar, viajando a unos 343 m/s. Si contamos los tres segundos que transcurren entre el destello y el estruendo, podemos estimar que el rayo cayó aproximadamente a un kilómetro de distancia.
La experiencia del Groupe Boët en soluciones acústicas industriales
Esta comprensión del comportamiento de las ondas sonoras no es sólo teórica: constituye la base de las soluciones acústicas industriales diseñadas por el Groupe Boët. Teniendo en cuenta las leyes físicas que rigen la propagación de las ondas, la empresa desarrolla silenciadores industriales, Cerramientos Acústicos y equipos a medida capaces de garantizar una reducción sostenible del ruido. Las certificaciones de calidad(ISO 9001, ISO 19443, EN 15085, ASME, RCC-M, CODAP, CODETI) garantizan la fiabilidad y la conformidad de las soluciones aplicadas.
Conclusión: transformar la ciencia acústica en soluciones prácticas
La velocidad del sonido es una ilustración perfecta de cómo la acústica es una ciencia que puede aplicarse directamente a la industria. Comprender cómo se propagan las ondas en distintos entornos permite diseñar equipos adaptados a las limitaciones acústicas más estrictas. El Groupe Boët transforma estos conocimientos en soluciones prácticas, ofreciendo a sus clientes un control del ruido personalizado y certificado.